La Universidad de León (ULE) se posiciona a la vanguardia de la investigación sobre resistencia a antibióticos, liderando un estudio que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature Microbiology. Este trabajo, coordinado por los profesores Avelino Álvarez Ordóñez y José Francisco Cobo Díaz, se enfoca en el conjunto de genes que permiten a las bacterias resistir los efectos de estos medicamentos.
Los hallazgos son considerados fundamentales para el desarrollo de estrategias más efectivas en el uso de antibióticos dentro de la producción alimentaria, así como para impulsar políticas que aborden el creciente desafío que representa la resistencia a los antimicrobianos.
Análisis exhaustivo del resistoma en Europa
El equipo del grupo NEWTEC de la ULE ha llevado a cabo un análisis detallado sobre los genes responsables de la resistencia a los antibióticos presentes en alimentos y en los entornos industriales donde estos son procesados. El estudio forma parte del proyecto europeo MASTER (Microbiome Applications for Sustainable food systems through Technologies and EnteRprise) y ha contado con la colaboración de investigadores de instituciones destacadas como el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC), así como universidades italianas y austríacas, entre otras.
La investigación se centra en lo que se conoce como el resistoma, es decir, el conjunto de genes que otorgan a las bacterias su capacidad para resistir antibióticos. Aunque ya se sabía que la cadena alimentaria puede ser un canal para la transmisión de bacterias resistentes, este estudio representa un avance significativo al ser uno de los más amplios y detallados realizados hasta la fecha.
Resultados reveladores sobre la resistencia bacteriana
A través de técnicas avanzadas como la secuenciación metagenómica, los investigadores analizaron cerca de 2.000 muestras provenientes tanto de materias primas como de productos alimenticios —incluyendo leche, carne, pescado, queso y vegetales—, además de superficies y ambientes industriales en más de 100 empresas europeas. Más de 50 de estas empresas están ubicadas en León y Asturias.
Los resultados obtenidos son alarmantes: más del 70 por ciento de los genes conocidos relacionados con la resistencia a antibióticos fueron identificados en la cadena productiva alimentaria. Entre ellos, destacan aquellos que confieren resistencia a grupos farmacológicos cruciales como las tetraciclinas, betalactámicos, aminoglucósidos y macrólidos.
Bacterias peligrosas en el foco del estudio
Además, se identificaron las principales bacterias portadoras de estos genes resistentes, muchas pertenecientes al grupo ESKAPEE, conocido por su implicación en infecciones hospitalarias complicadas. Entre estas bacterias se encuentran Escherichia coli, Staphylococcus aureus, y Klebsiella pneumoniae. También se detectaron especies menos conocidas como Staphylococcus equorum y Acinetobacter johnsonii.
Cabe destacar que aproximadamente el 40 por ciento de estos genes están asociados con plásmidos, elementos genéticos móviles que facilitan su transferencia entre diferentes bacterias, aumentando así el riesgo potencial de propagación.
Este estudio también ofrece evidencias sobre cómo ciertos procesos industriales pueden influir en la presencia y transmisión de estos genes resistentes. Esto abre nuevas posibilidades para mejorar los sistemas actuales de producción alimentaria.
Estrategias necesarias ante un problema creciente
Los investigadores enfatizan que sus hallazgos son esenciales para diseñar estrategias más eficaces en el uso responsable de antibióticos dentro del ámbito alimentario. Además, subrayan la importancia urgente de implementar políticas adecuadas para combatir el creciente problema que representa la resistencia a los antimicrobianos.
(MÁS INFORMACIÓN: Artículo completo disponible en Nature Microbiology)