En un ejercicio de construcción colectiva, las Sedes Andinas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) han presentado sus proyectos académicos ante el Comité Académico. Esta reunión, que incluyó a las Sedes de Bogotá, Medellín, Manizales, La Paz y Palmira, no solo destacó los avances y retos específicos de cada región, sino que también se convirtió en un espacio para articular una visión común: una universidad pública con profundas raíces en su territorio y un enfoque transformador hacia el futuro.
A pesar de las diferencias geográficas, sociales e históricas, estas sedes coinciden en la necesidad de ofrecer una formación integral que sea pertinente a sus contextos regionales. Se busca desarrollar un enfoque pedagógico propio y establecer agendas de investigación y extensión que respondan a los desafíos locales.
Hacia una universidad digna y con sentido territorial
La Sede Bogotá ha planteado una propuesta académica centrada en dignificar la vida universitaria de estudiantes, docentes y trabajadores. La vicerrectora Carolina Jiménez Martin enfatizó durante la sesión del Consejo Académico que es fundamental integrar los fines misionales con el conocimiento y el territorio para contribuir a su transformación.
En su presentación, Jiménez Martin abordó diversos componentes del proyecto académico, incluyendo la oferta formativa, la comunidad estudiantil, el cuerpo docente y la infraestructura. Destacó asuntos estratégicos como la transformación pedagógica y curricular, así como el fortalecimiento de procesos de acreditación y acompañamiento estudiantil desde una perspectiva integral.
La vicerrectora subrayó que el conocimiento debe ser considerado un bien común al servicio del bienestar colectivo. En este contexto, el diálogo con los territorios se convierte en el núcleo del proyecto académico, con la convicción de que la Universidad debe impactar positivamente en las comunidades.
Un campus sustentable y del cuidado como bien común
Por su parte, la Sede Medellín orienta su proyecto hacia la creación de un campus sustentable que dialogue constantemente con las dinámicas sociales y ambientales del territorio antioqueño. La vicerrectora Mary Luz Alzate Zuluaga explicó que entender la sostenibilidad va más allá de un eje ambiental; implica reorganizar saberes y relaciones cotidianas con el entorno.
"Nuestra preocupación es trabajar profundamente en temas ambientales", afirmó Alzate Zuluaga. Este enfoque incluye priorizar procesos educativos relacionados con la soberanía alimentaria y la agroecología. La figura del campus vivo es central en esta propuesta: un espacio donde el bienestar se manifiesta en prácticas cotidianas.
Además, se han fomentado ejercicios participativos entre estudiantes, docentes y personal administrativo para construir colectivamente lo académico. El objetivo es integrar al territorio como parte constitutiva del conocimiento.
Tejido reconstruido, futuro proyectado
La Sede Manizales ha presentado una propuesta marcada por un esfuerzo colectivo tras un periodo de fractura organizativa. La vicerrectora Belizza Janet Ruiz Mendoza destacó que se ha trabajado para reactivar capacidades académicas y administrativas mediante el diálogo entre actores antes distantes.
Un hito significativo ha sido la creación de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, ya aprobada por el CSU. Esta nueva facultad inicia con programas diseñados según las necesidades del territorio. Con ello, Manizales no solo amplía su oferta académica sino que también incorpora un componente humanista esencial para abordar los retos regionales.
A través de esta flexibilidad curricular, se busca formar profesionales comprometidos con su entorno social. Además, se han incrementado significativamente los cupos para alimentación y alojamiento en 2025 para mejorar las condiciones de permanencia del estudiantado.
Educación pública con rostro territorial
En La Paz, el vicerrector Camilo Borrero presentó un proyecto académico enfocado en transformar socialmente su entorno. Reconociendo las condiciones sociales y económicas locales, propone fortalecer programas como Biología e Ingeniería Biológica mediante un diálogo entre saberes ancestrales y conocimientos académicos.
Borrero enfatizó que el bienestar no debe ser visto como servicios aislados sino como una política estructural que garantice dignidad a los estudiantes. Se han priorizado estrategias como acceso a alimentación adecuada y transporte solidario para asegurar que ningún estudiante quede atrás debido a desigualdades sociales.
A través de estos esfuerzos, La Paz reafirma su compromiso con una educación arraigada en su territorio y abierta al diálogo sobre saberes locales. Este enfoque busca responder a las urgencias comunitarias mientras promueve una cultura educativa inclusiva.
La noticia en cifras
Descripción |
Cifra |
Beneficiarios del programa de alimentación (2025) |
479 |
Aumento en los cupos de alojamiento (2025) |
74 |
Estudiantes movilizados por transporte solidario |
775 |