Un equipo de investigación internacional, liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) y la Universidad de Burdeos, ha realizado un hallazgo significativo en el yacimiento paleolítico de La Roche-à-Pierrot, ubicado en Saint-Césaire, Charente-Maritime. Este lugar alberga el taller más antiguo conocido para la fabricación de adornos con conchas marinas, datado en al menos 42.000 años. Este conjunto de artefactos incluye pigmentos rojos y amarillos y está vinculado a la cultura del Chatelperroniense, que representa una etapa crucial en la transición entre los últimos neandertales y la llegada del Homo sapiens a Europa.
La investigadora Carolina Mallol, del Instituto de Bio-Orgánica Antonio González de la Universidad de La Laguna, forma parte de este proyecto que fue publicado recientemente en la prestigiosa revista PNAS.
Nuevas perspectivas sobre el Paleolítico superior
Entre hace 55.000 y 42.000 años, Europa vivió transformaciones biológicas y culturales significativas. Durante este periodo, los grupos de Homo sapiens, que llegaron tras su salida más reciente de África, comenzaron a reemplazar gradualmente a los últimos neandertales. Históricamente, esta transición se había interpretado como un proceso rápido; sin embargo, investigaciones recientes sugieren que fue mucho más compleja, caracterizada por una notable diversidad en las industrias del Paleolítico superior y un aumento en las prácticas simbólicas.
A pesar de que estas culturas se diferencian principalmente por sus métodos para fabricar herramientas, también indican cómo la ornamentación del cuerpo se fue integrando dentro de redes culturales cada vez más amplias, lo cual pudo haber sido fundamental para la cohesión social entre los grupos humanos de esa época.
El debate sobre el Chatelperroniense
El Chatelperroniense, una cultura prehistórica documentada en Francia y el norte de España durante esta transición, es clave en este debate académico. Se reconoce como una de las primeras industrias del Paleolítico superior en Eurasia, pero persiste una pregunta: ¿debe ser atribuida a los neandertales o al Homo sapiens? El yacimiento mencionado anteriormente es central para esta discusión.
Las excavaciones realizadas desde 1979 bajo la dirección de François Lévêque revelaron restos parciales de un esqueleto neandertal asociado a herramientas chatelperronienses, lo que inicialmente se interpretó como evidencia del desarrollo industrial por parte de los neandertales. Sin embargo, nuevas investigaciones llevadas a cabo desde 2013 han permitido reevaluar esta interpretación.
Evidencias arqueológicas sorprendentes
A través de un proyecto colectivo apoyado por diversas instituciones, se ha demostrado que los depósitos arqueológicos en Saint-Césaire son resultado de procesos geológicos complejos. Estos contienen una mezcla de ocupaciones musterienses —conocidas por estar asociadas a los neandertales— junto con piezas chatelperronienses, complicando así su interpretación.
Nuevas excavaciones han permitido localizar mejor la secuencia arqueológica, revelando un descubrimiento excepcional: alrededor de un centenar de conchas marinas del Atlántico del género Littorina, al menos treinta perforadas intencionadamente. Estas estaban acompañadas por numerosos pigmentos rojos y amarillos, además de ser el nivel con mayor concentración de piezas chatelperronienses encontrado hasta ahora.
Un hallazgo trascendental para entender nuestra historia cultural
Aunque también se han recuperado otros vestigios como herramientas musterienses y restos faunísticos (principalmente bisontes y caballos), el análisis espacial indica que son los objetos chatelperronienses los que están vinculados a las conchas perforadas y los pigmentos. La falta de marcas visibles en las perforaciones sugiere que estos objetos eran parte de un taller dedicado a la creación de adornos.
Este descubrimiento no solo constituye la evidencia más antigua conocida sobre ornamentación con conchas en Europa occidental, sino que también establece una clara asociación con la cultura chatelperroniense. Hasta ahora, solo se habían encontrado tales ornamentos en contextos contemporáneos del sureste europeo y mediterráneo relacionados con otras culturas iniciales del Paleolítico superior.
Los objetos simbólicos como cuentas o pigmentos decorativos son considerados marcadores culturales importantes del Paleolítico superior. Aunque hay ejemplos documentados en el Paleolítico medio, estos son mucho menos frecuentes. Según los autores del estudio, la expansión y diversificación de estas prácticas podrían estar relacionadas con contactos entre distintos grupos humanos provenientes tanto biológicamente como culturalmente diversos. Estos intercambios habrían desempeñado un papel crucial en el surgimiento de expresiones simbólicas más definidas durante el Paleolítico superior europeo.
En conclusión, este reciente hallazgo sobre la asociación entre una industria primitiva del Paleolítico superior y cuentas hechas con conchas aporta valiosa información sobre la diversidad cultural en Europa occidental e insinúa que los artesanos del Chatelperroniense pudieron haber estado influenciados o incluso formar parte de las primeras oleadas migratorias del Homo sapiens.