Un equipo de investigación de la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha realizado un hallazgo excepcional en el ámbito de la arqueología al estudiar los restos de un caballero que vivió en el castillo de Zorita de los Canes entre los siglos XII y XV. Este individuo presenta craneosinostosis, una severa deformación craneal congénita, lo que plantea interrogantes sobre su vida y su papel en la Orden de Calatrava.
Durante una excavación rutinaria en el Corral de los Condes, donde se encuentran enterrados varios caballeros de la mencionada orden, los investigadores encontraron un esqueleto adulto acompañado por un cráneo inusualmente estrecho y alargado, midiendo 23 centímetros de largo y solo 12 de ancho. Este descubrimiento llevó al equipo a preguntarse sobre la identidad del individuo y cómo logró sobrevivir hasta la edad adulta a pesar de su condición.
Un análisis exhaustivo para determinar la identidad del caballero
La investigadora Carme Rissech, del Departamento de Ciencias Médicas Básicas de la URV, fue la encargada de analizar los restos. Para ello, realizó un estudio morfológico detallado que incluyó mediciones del esqueleto y determinaciones del sexo. Rissech explica que, observando el cráneo, es posible identificar si se trata de un hombre o una mujer, aunque también se utilizan otros huesos como el coxal para confirmar esta información.
A través del análisis, Rissech identificó marcas de estrés físico que sugieren que el individuo era probablemente un miembro activo de la Orden de Calatrava. Las características observadas en sus huesos son consistentes con las encontradas en otros guerreros medievales, lo que refuerza esta hipótesis.
Lesiones que revelan una vida marcada por la batalla
El estudio concluyó que este caballero tenía cerca de cincuenta años al momento de su muerte. Las lesiones encontradas en su esqueleto son indicativas de una muerte violenta: heridas penetrantes en la sien y en la nuca, así como una contusión significativa en la tibia izquierda. Estas lesiones son típicas entre guerreros caídos en combate y sugieren que el individuo murió a causa de estas heridas sin haber presentado signos previos de cicatrización.
Rissech subraya que este tipo de hallazgos son comunes entre restos arqueológicos relacionados con batallas, diferenciándose notablemente de aquellos individuos que fallecieron por causas no violentas. La naturaleza aguda y reciente de las lesiones indica claramente las circunstancias trágicas bajo las cuales perdió la vida.
Un caso único: el síndrome de Crouzon
El cráneo del individuo revela un caso severo de craneosinostosis, lo cual significa que algunas suturas craneales estaban fusionadas desde su nacimiento, impidiendo el desarrollo normal del cráneo. Según Rissech, es sorprendente que este caballero alcanzara la adultez; este tipo específico de deformidad ha sido documentado principalmente en niños, pero raramente en adultos o guerreros.
A través del diagnóstico diferencial realizado por el equipo investigador, se llegó a la conclusión más probable: el síndrome de Crouzon. Esta enfermedad genética rara provoca craneosinostosis sindrómica pero generalmente no afecta gravemente las capacidades cognitivas ni reduce significativamente la esperanza de vida. Esto implica que, a pesar de sus limitaciones físicas, este caballero pudo haber llevado una vida funcional dentro del contexto militar medieval.
Referencia: Rissech, C., Creo, O., Revuelta, B., Cobo, S., Urbina, D., Urquijo, C., Banks, P., & Lloveras, L. (2025). An Ultradolichocephaly in a Knight of the Order of Calatrava from the Castle of Zorita de los Canes (Guadalajara, Spain) Dated Between the 13th and 15th Centuries. Heritage, 8(10), 414. https://doi.org/10.3390/heritage8100414