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Mindfulness Eating: Cómo disminuir el estrés y la ansiedad relacionados con la alimentación
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(Foto: DALL·E ai art)

Mindfulness Eating: Cómo disminuir el estrés y la ansiedad relacionados con la alimentación

martes 12 de noviembre de 2024, 21:23h
La alimentación consciente, o mindfulness eating, promueve una relación equilibrada con la comida al enfocarse en sabores, texturas y señales de saciedad. Disminuye distracciones y ayuda a prevenir el comer en exceso. También reduce estrés y ansiedad relacionados con la alimentación, mejorando el bienestar general.

La alimentación consciente, conocida como mindfulness eating, es una práctica que invita a los individuos a concentrarse plenamente en la experiencia de comer. Esto incluye no solo los sabores, olores y texturas, sino también las sensaciones de hambre y saciedad que experimenta el cuerpo. En los últimos años, esta tendencia ha ganado popularidad, gracias a su capacidad para promover una relación más equilibrada y saludable con los alimentos, lo que ayuda a prevenir el comer en exceso o actuar de manera impulsiva al alimentarse.

El mindfulness eating se centra en disminuir las distracciones y en comer con total conciencia, lo que contribuye a una digestión más efectiva, una mayor satisfacción y un reconocimiento más temprano de la saciedad. Al enfocarse en el ahora, las personas pueden identificar con mayor claridad cuándo han satisfecho su verdadero apetito y disfrutan más de sus comidas, lo que a su vez potencia su bienestar general, señala el Dr. Christian Alvarado, especialista en endocrinología y nutrición, así como director de la Unidad de Obesidad en los hospitales universitarios Sanitas La Zarzuela y Virgen del Mar.

No obstante, aunque su implementación pueda parecer fácil, es necesario contar con atención y disciplina. Por esta razón, los especialistas de Sanitas sugieren algunas recomendaciones para lograrlo:

Es importante destacar que este concepto está vinculado a ventajas que trascienden el ámbito de la alimentación. “El mindfulness eating contribuye a disminuir el estrés y la ansiedad relacionados con la comida. Esta práctica es especialmente útil para quienes tienden a comer por emociones, como el nerviosismo o el aburrimiento, en lugar de por hambre. Asimismo, es una herramienta eficaz para mejorar trastornos alimentarios leves y gestionar el tema del peso de manera natural,” señala Natalia Galán de Blua de Sanitas.

Organizar las comidas con anticipación es una estrategia efectiva. Al programar la compra de manera anticipada, la selección de ingredientes frescos y equilibrados se vuelve más sencilla, garantizando así una dieta nutritiva y variada. Además, esta práctica disminuye las posibilidades de elegir alimentos poco saludables en momentos de prisa y contribuye a minimizar el desperdicio de alimentos.

Masticar adecuadamente los alimentos es fundamental para una buena alimentación. Al hacerlo de manera pausada, se tiene la oportunidad de disfrutar más de los sabores y las texturas. Este hábito no solo contribuye a una mejor digestión, ya que los alimentos son procesados de forma más eficiente antes de llegar al estómago, sino que también ayuda a que el cerebro reciba las señales de saciedad. De esta manera, se evita el consumo excesivo de calorías.

Es fundamental evitar distracciones mientras se come, ya que la televisión o el móvil pueden resultar en un consumo excesivo de alimentos. Esto ocurre porque no se atiende a las señales de saciedad. Al centrar la atención en el almuerzo, la experiencia se vuelve más placentera y se toma mayor conciencia de lo que se está ingiriendo.

Es importante disminuir el consumo de productos procesados. Las opciones integrales, como el arroz integral o la avena, ofrecen beneficios para la salud al conservar una mayor cantidad de nutrientes en comparación con sus versiones refinadas. Además, estos alimentos son ricos en fibra, lo que ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre, mejora la sensación de saciedad y regula nuestro hábito intestinal.

Por otro lado, los productos ultraprocesados no solo son menos saludables, sino que también tienden a incrementar nuestra preferencia por sabores dulces, lo que puede aumentar el apetito y, como resultado, tener un impacto negativo en nuestra salud.

Controlar las porciones es fundamental para lograr un equilibrio adecuado en las comidas. No se debe excluir ningún grupo alimenticio, ya que cada uno de ellos proporciona nutrientes esenciales. En este contexto, resulta muy beneficioso aplicar el método del plato: destinar un 50% a verduras, un 25% a proteínas y otro 25% a carbohidratos. De esta manera, se garantiza una ingesta completa y se evita caer en deficiencias nutricionales.

El propósito principal debe ser disfrutar de las comidas en un ambiente tranquilo y fomentar una relación saludable con los alimentos. No obstante, si problemas como el estrés o la ansiedad continúan, complicando el acto de alimentarse o provocando malestar d digestivo frecuente, resulta crucial buscar la ayuda de un profesional especializado, ya sea de forma presencial o mediante videoconsulta,” afirma Natalia Galán.

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