El sistema inmunitario juega un papel crucial en la vigilancia y control de los tumores. Sin embargo, muchos tipos de cáncer han desarrollado estrategias para evadir esta protección natural, e incluso aprovechan sus mecanismos para facilitar el crecimiento y diseminación. Comprender cómo los tumores manipulan el sistema inmunitario es esencial para avanzar en el desarrollo de tratamientos más efectivos y personalizados.
Un reciente estudio liderado por los doctores Pedro A. Reche y Esther M. Lafuente, de la Universidad Complutense de Madrid, junto con el doctor Carlos Cabañas, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), ha revelado un mecanismo clave mediante el cual los carcinomas orales, un tipo común de cáncer en la cavidad bucal, logran reprogramar a los monocitos, que son glóbulos blancos normalmente reclutados para proteger al organismo. En el microambiente tumoral, estos carcinomas transforman a los monocitos en macrófagos especializados que no solo fallan en atacar al tumor, sino que además suprimen activamente la respuesta inmunitaria.
Descifrando las claves del cáncer mediante bioinformática y proteómica
Para desentrañar este proceso, el equipo investigador combinó avanzadas técnicas de bioinformática y proteómica. Estas metodologías permitieron identificar un conjunto de proteínas directamente implicadas en la transformación de los monocitos en macrófagos supresores.
Entre las proteínas identificadas se destacan componentes del sistema del complemento, una parte fundamental del sistema inmunitario. El factor H del complemento parece desempeñar un papel central en este proceso de reprogramación, según indica Carlos Cabañas. Este hallazgo es especialmente relevante porque el sistema del complemento ha sido estudiado principalmente por su función en la defensa contra infecciones; sin embargo, su relación con el cáncer abre nuevas interrogantes sobre su potencial para facilitar el desarrollo tumoral.
Un nuevo fenotipo de macrófagos
Uno de los hallazgos más significativos del estudio es que los macrófagos generados por las células de carcinoma oral presentan características únicas. Los investigadores identificaron la expresión de una molécula específica llamada CD25, nunca antes asociada con este tipo celular. CD25 forma parte del receptor de interleukina-2, una citoquina clave que promueve la proliferación de células T. Su alta expresión también se observa en células T reguladoras, encargadas de suprimir respuestas inmunitarias.
Además, CD25 contribuye a estas funciones inmunosupresoras al consumir la interleukina-2 necesaria para las células T efectoras. Por lo tanto, es probable que la expresión de esta proteína por parte de los macrófagos esté estrechamente relacionada con la inmunosupresión en contextos tumorales. Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para desarrollar terapias anti-tumorales indirectas.
En resumen, los resultados presentados en este estudio representan un avance significativo hacia un mejor entendimiento sobre cómo los tumores, y específicamente los carcinomas orales, aprovechan el sistema inmunitario a su favor. Además, se identifican nuevas dianas terapéuticas potenciales, lo que podría conducir al desarrollo de tratamientos más efectivos y menos invasivos. Este trabajo resalta también la importancia de la colaboración interdisciplinaria en investigación biomédica al combinar biología celular, bioinformática y proteómica para enfrentar uno de los mayores desafíos actuales en medicina.