Un reciente estudio de Gi Group Holding, en colaboración con las áreas de Recursos Humanos de BBVA y Vitaance, revela que el 32% de los españoles busca un empleo que le permita aprender y mejorar sus habilidades a largo plazo, siendo esta tendencia especialmente marcada entre los jóvenes de entre 18 y 24 años.
El mercado laboral español está experimentando una transformación significativa, caracterizada por la coexistencia de cuatro generaciones activas. Esta situación ha generado una creciente brecha de expectativas y una clara comprensión: no solo se necesita un salario atractivo, sino también cuidar del bienestar emocional del empleado. Así lo indica el informe titulado 'Perspectivas Laborales Intergeneracionales'.
A la hora de aceptar un trabajo, el 70% de los españoles prioriza un salario competitivo, seguido por la estabilidad laboral (68%) y el ambiente laboral (66,9%). Otros factores importantes incluyen la flexibilidad horaria (59,2%), las oportunidades de crecimiento profesional (44,5%) y el teletrabajo (26,9%). Mientras que los trabajadores de entre 35 y 54 años valoran más el teletrabajo (+30%), los menores de 24 años prefieren la flexibilidad horaria (64,2% frente al 21,7% que opta por el teletrabajo).
Nuevas prioridades en el empleo
A pesar de que la estabilidad es crucial para casi la mitad de los españoles, el ambiente laboral y las oportunidades de desarrollo son igualmente valoradas por un 36% de los encuestados. Más del 50% de las mujeres busca estabilidad laboral, mientras que en el caso masculino esa cifra desciende cinco puntos.
La fuga de talento representa un desafío persistente. Según el estudio mencionado, el 37% de los españoles ha considerado emigrar por motivos laborales. Este porcentaje es similar al de aquellos trabajadores mayores que nunca han contemplado trabajar en el extranjero. El 12% ya ha tenido experiencias laborales fuera del país, siendo más común entre quienes tienen entre 25 y 44 años.
Casi uno de cada cuatro hombres está considerando buscar empleo fuera, en comparación con el 7,2% de las mujeres. Las razones principales para trabajar en otro país incluyen el salario, mencionado por un 60,9%, seguido por la búsqueda de una mejor calidad de vida (47,8%) y la necesidad de vivir experiencias diferentes (38,3%).
Satisfacción laboral y salario emocional
Más del 50% opina que aumentar salarios y ofrecer mayor estabilidad podría frenar la fuga de talento. También se demandan incentivos para emprendedores (46,4%), apoyo a la conciliación (43,8%) y oportunidades para formación continua (41,3%).
Cabe destacar que según el estudio, cuatro de cada diez trabajadores consideran que el salario emocional es más importante que el económico. Esta percepción es predominante entre los menores de 34 años; a partir de los 35 años, se da mayor importancia al salario económico.
La conciliación entre vida laboral y personal, así como horarios flexibles y días libres adicionales son aspectos clave valorados dentro del salario emocional. De hecho, el 37% ha rechazado ofertas laborales por no incluir beneficios más allá del sueldo.
Puntos críticos en la relación público-privada
A pesar del grado generalizado de satisfacción con su trabajo —un 80% se siente contento— hay preocupaciones sobre el futuro del mercado laboral. Más del 25% cree que habrá menos empleo con condiciones peores. Además, un 16,5% siente que no está preparado para afrontar estos cambios.
Sólo un 20,2%% considera adecuada la actuación gubernamental para fomentar estabilidad laboral y desarrollo profesional. Las políticas más solicitadas incluyen programas específicos para mayores de 45 años (46,2%), mejores beneficios para conciliación familiar-laboral (46,2%) y colaboración con universidades para mejorar empleabilidad (39,6%).
Puedes consultar el informe completo aquí.