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Futuro universitario

La universidad como clave para un futuro mejor
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La universidad como clave para un futuro mejor

martes 19 de agosto de 2025, 10:35h

La universidad debe ser un pilar en la defensa de la democracia y la libertad, formando ciudadanos críticos y responsables que valoren su herencia cultural y contribuyan al bien común.

El fundamento de la modernidad se sostiene sobre el proyecto ilustrado, que en la actualidad se traduce, en el ámbito político, como el Estado constitucional; en lo económico, como la economía de mercado; en lo social, como el estado de bienestar; y en lo cultural, como la sociedad abierta. Sin embargo, nos encontramos inmersos en tiempos confusos, quizás el preludio de una posible quiebra del sueño de la razón práctica que representa la Ilustración. Es esencial actualizar este discurso mediante la salvaguarda de la democracia constitucional y de las libertades dentro de un Estado de derecho, tal como ha señalado Benigno Pendás.

Entre una «derecha displicente», centrada en una gestión desprovista de debates ideológicos, y una «izquierda complaciente» anclada en una supuesta superioridad ética, se han abierto las puertas a un fenómeno demagógico característico de nuestros días: el populismo. Este último es considerado por Pendás como “el peor camino posible para una sociedad madura y compleja, pero vulnerable y desarraigada”. En este contexto actual, los ciudadanos enfrentan incertidumbres; son sujetos frágiles que experimentan un estado de “penuria de identidad”, resultado de combinar un pesimismo existencial con un optimismo hedonista.

La Erosión del Sujeto Posmoderno

Aquellos rasgos que parecían positivos del sujeto posmoderno —débil ontológicamente, escéptico epistemológicamente y ecléctico moralmente— han sufrido una erosión significativa. Ahora se presentan como individuos manipulables económicamente, relativistas e irresponsables insolidarios. En este escenario crítico, Timothy Snyder denuncia dos políticas perjudiciales que afectan nuestro entendimiento y gestión de lo público: la “política de la inevitabilidad”, que promueve un futuro conocido e inevitable, y la “política de la eternidad”, que idealiza un pasado nunca vivido.

La primera actitud genera un “coma intelectual inducido”, incapaz de imaginar futuros alternativos. La segunda provoca una “hipnosis”, donde se añora un pasado que realmente no ha existido. Ambas opciones están basadas en contradicciones perversas: sobre el futuro no puede haber certezas, solo esperanzas e ilusiones; mientras que sobre el pasado deben existir certezas fundamentadas en el conocimiento histórico.

Peligros del Populismo y Desafíos Futuros

Snyder advierte sobre el peligro inminente que supone pasar de la política de la inevitabilidad a la política de la eternidad. Los populismos nacionales son ejemplos claros de esta transición. Confiemos en que los jóvenes sean capaces de despertar y convertirse en una "generación histórica", capaz de rechazar las trampas tendidas por generaciones anteriores. No debemos depositar nuestra confianza únicamente en el "juicio de la Historia", ya que esta idea representa una fantasía consoladora heredada desde la Ilustración.

No podemos asumir que al final prevalecerá la verdad; es crucial librar batallas culturales en nuestro tiempo histórico sin esperar acciones externas o autónomas. Concebir "la necesaria superioridad del futuro frente al pasado" no solo implica adoptar una visión progresista lineal, sino también puede inmovilizarnos en el presente. Por ello, es fundamental realizar ahora mismo una defensa activa de nuestra democracia constitucional y libertad.

La Universidad como Pilar Fundamental

Iberoamérica enfrenta riesgos evidentes, entre ellos parlamentos regidos no por partitocracia sino por lo que Pendás denomina “grupocracia”. No podemos dar por sentados logros políticos alcanzados a través del esfuerzo colectivo; las nuevas generaciones deben valorar estas conquistas desde una perspectiva cívica enriquecida.

Es importante recordar las palabras de Goethe: "Lo que has heredado de tus padres / adquiérelo para poseerlo". También resuena aquí lo expresado por Pedro Salinas sobre el deber histórico: "la transmisión enriquecida de su herencia".

Necesidad de Revitalización Democrática

Para evitar la desafección social es necesario revitalizar nuestras instituciones parlamentarias mediante debates atractivos y participación ciudadana activa. Las Cámaras representan un espacio donde se expresa la política como diálogo y negociación.

En este proceso vital para nuestra conciencia pública y ciudadana, la universidad juega un papel fundamental. La madurez social se mide por la capacidad crítica e independencia individual frente a las expectativas gubernamentales. Sin embargo, estamos atrapados en lo que Hughes definió como “cultura de la queja” combinada con “cultura de la excusa”, lo cual fomenta una infantilización social.

Cultivando Ciudadanos Críticos y Libres

No podemos permitirnos ser ciudadanos pasivos o víctimas perpetuas; necesitamos individuos comprometidos con su educación cívica. Un ciudadano educado debe estar preparado para asumir sus responsabilidades sin caer en actitudes egoístas o superficiales.

Desde la Universidad Camilo José Cela abogamos por formar estudiantes integrales, capacitados no solo para satisfacer demandas del mercado laboral sino también para contribuir al bien común a través del cultivo constante de valores fundamentales: verdad, belleza y bondad. Según Howard Gardner, estas virtudes deben ser pilares esenciales para construir currículos relevantes en el siglo XXI.

Artículo elaborado por Jaime Olmedo Ramos, rector de la Universidad Camilo José Cela.

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