El Impacto de la Urbanización en el Calor: Un Estudio de la Universitat Rovira i Virgili
Una reciente investigación realizada por la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha puesto de manifiesto cómo la morfología urbana contribuye a que las ciudades sean significativamente más cálidas que sus alrededores rurales. Según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona, en 2024 se registraron 1.153 muertes en Catalunya atribuibles al calor, lo que subraya la gravedad del fenómeno.
El investigador Alexandre Fabregat, del Departamento de Ingeniería Mecánica de la URV, advierte sobre el impacto del calor en las urbes: «El calor mata, y muy especialmente en las ciudades, donde la temperatura media acostumbra a ser más alta». Este fenómeno se conoce como isla de calor urbana, que se define como la diferencia entre la temperatura en una ciudad y la que tendría si no existiera.
Causas del Efecto Isla de Calor Urbano
La investigación identifica tres factores clave que explican por qué las ciudades son más cálidas que el entorno rural. Primero, los materiales de construcción como el hormigón y el asfalto, que absorben y almacenan radiación solar, liberándola durante la noche. En segundo lugar, la textura urbana altera las corrientes de aire y su capacidad para disipar el calor acumulado. Por último, las ciudades concentran fuentes de calor residual, como aparatos de aire acondicionado y vehículos.
Para cuantificar estos efectos, los investigadores han analizado 11 ciudades de la península ibérica utilizando UrbClim, un modelo climático gestionado por la Unión Europea. Este modelo permite simular temperaturas en cada hectárea durante un año. Fabregat destaca que «son modelos muy precisos; demuestran ser muy fiables cuando los comparas con lecturas de estaciones meteorológicas reales».
Efectos Térmicos Durante la Madrugada
Los hallazgos indican que el efecto isla de calor es más pronunciado durante las madrugadas, especialmente entre las tres y cuatro horas. En algunos casos, se ha registrado un incremento térmico puntual de hasta 7°C. Esto representa un desafío significativo para la salud pública y la calidad de vida durante momentos cruciales del descanso nocturno.
El estudio también revela que por cada incremento del 10% en la fracción urbanizada se produce un aumento medio de temperatura de 0,34°C. Aunque podría pensarse que los edificios proyectan sombra y contribuyen a enfriar el ambiente, los datos sugieren que su capacidad para almacenar calor supera este efecto positivo.
Densidad Poblacional y Cubiertas Vegetales: Un Doble Efecto
Aparte del aumento térmico asociado a los edificios altos —con un incremento medio de 0,1°C por cada metro adicional— también se ha identificado una relación con la densidad poblacional. Cada 1000 habitantes adicionales por kilómetro cuadrado incrementa la temperatura media en 0,08°C.
No obstante, hay buenas noticias: las cubiertas vegetales pueden ayudar a mitigar el calor urbano. El estudio indica que cada incremento del 10% en superficie cubierta reduce la temperatura media en 0,11°C. Sin embargo, los investigadores advierten sobre su limitada capacidad para enfriar en comparación con otros estudios previos.
Nuevas Herramientas para Planificación Urbanística
A través del uso de modelos climáticos avanzados y conjuntos de datos globales, esta investigación abre nuevas posibilidades para estudiar el fenómeno en diferentes contextos climáticos y culturales. Según Fabregat, esto proporciona herramientas valiosas para procesos de planificación urbanística: «ayudan a las personas a tomar decisiones basadas en la evidencia».
Referencia: Josep A. Ferré, Anton Vernet, Alexandre Fabregat, Predicting the impact of the urban texture on the Urban Heat Island intensity using Machine Learning: The case for the Iberian Peninsula, Urban Climate, Volume 62, 2025.