La Universidad de León se encuentra de luto tras el fallecimiento del profesor Gonzalo Baladrón Gaitero, un destacado miembro de la Escuela de Ingenierías desde 1987. Su partida, ocurrida de manera repentina, ha dejado una profunda huella en toda la comunidad universitaria.
Baladrón, conocido por su compromiso y dedicación, falleció mientras se preparaba para impartir un examen a sus estudiantes. Este trágico suceso ha conmovido a quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y trabajar junto a él. La Escuela de Ingenierías ha expresado su dolor y ha querido rendir homenaje a su legado a través de las palabras de aquellos que compartieron momentos significativos con él.
Un legado imborrable en la educación
Su trayectoria profesional es un testimonio del impacto que tuvo en la evolución de la institución académica. La historia de la Escuela no puede ser comprendida sin considerar su valiosa aportación. Estudiantes y colegas han manifestado su cariño hacia Gonzalo, reconociendo el gran vacío que deja tanto en el ámbito profesional como personal.
El legado de Gonzalo Baladrón permanecerá vivo en la Universidad de León, especialmente ahora que su hijo Víctor sigue sus pasos, continuando con el ejemplo de compromiso y dedicación que siempre lo caracterizó. Esta continuidad es motivo de orgullo para todos los que conocieron al profesor Baladrón.
Recuerdos compartidos
Desde la Escuela de Ingenierías, se han recopilado recuerdos entrañables sobre Gonzalo. Un compañero evocó momentos cotidianos: “Hola Gonzalo, ¡Cuánto te vamos a echar de menos! En el barril con tu café con leche o tu cañón de cerveza, discutiendo sobre cualquier tema”. Estas anécdotas reflejan no solo su pasión por la enseñanza, sino también su carácter afable y cercano.
Otro colega recordó sus intentos por innovar en las asignaturas y cómo siempre estaba dispuesto a aprender más: “Sin duda uno de los mejores profesores que ha tenido esta Escuela”. Su amor por el conocimiento y su dedicación a la enseñanza fueron características que marcaron su carrera.
La comunidad universitaria lamenta profundamente esta pérdida irreparable, pero celebra el tiempo compartido con un maestro excepcional cuya influencia perdurará en las generaciones futuras.