Un análisis realizado por la Universidad de Warwick ha revelado que los problemas de sueño en adolescentes de 14 años están relacionados con comportamientos de autolesión tanto en esa edad como a los 17 años. Este hallazgo subraya la importancia de abordar el sueño en la salud mental juvenil, dado que la autolesión se ha convertido en una preocupación significativa para la salud pública, con tasas que continúan aumentando.
La investigación, publicada en el Journal of Child Psychology and Psychiatry, analizó datos de más de 10,000 adolescentes del Millenium Cohort Study. Los participantes fueron encuestados sobre sus hábitos de sueño y experiencias de autolesión a los 14 años, y nuevamente a los 17 años.
El impacto del sueño en la salud mental adolescente
Los resultados indican que aquellos jóvenes que reportaron menos horas de sueño durante los días escolares, un mayor tiempo para quedarse dormidos y más despertares nocturnos mostraron una correlación directa con comportamientos autolesivos. La investigadora principal, Michaela Pawley, candidata a doctorado en el Departamento de Psicología de la Universidad de Warwick, comentó: “Este tipo de análisis permite explorar relaciones longitudinales a nivel poblacional. Descubrimos que los problemas de sueño están asociados con la autolesión tanto en el momento presente como tres años después”.
Pawley también destacó que, aunque esta relación es preocupante, el hecho de que el sueño sea un factor modificable ofrece oportunidades para intervenir. “Si se confirma el vínculo entre el sueño y la autolesión, podemos implementar intervenciones efectivas en escuelas y hogares”, añadió.
Factores adicionales y prevención
Los investigadores encontraron que los problemas de sueño a los 14 años estaban directamente relacionados con comportamientos autolesivos tanto a esa edad como a los 17 años. Esta conexión sugiere que mejorar la calidad del sueño podría ser clave para apoyar a los adolescentes en riesgo.
A pesar de considerar otros factores como la edad, el sexo y niveles de depresión, solo los problemas de sueño mostraron una relación consistente con la autolesión. La profesora Nicole Tang, directora del Warwick Sleep and Pain Lab, enfatizó: “La autolesión es una de las principales causas de muerte entre adolescentes y jóvenes adultos. Conocer que un sueño deficiente puede preceder o coexistir con pensamientos suicidas nos brinda un enfoque útil para la prevención”.
La investigación también abordó si el mal dormir estaba relacionado con una toma de decisiones deficiente; sin embargo, este aspecto no se confirmó como un factor explicativo claro. A pesar de ello, se reafirma la necesidad urgente de priorizar la salud del sueño en adolescentes para mitigar riesgos potenciales.
En conclusión, dado que la adolescencia es un periodo crítico para prevenir conductas autolesivas, este estudio resalta cómo mejorar el bienestar del sueño puede tener efectos protectores duraderos.