La Comunidad de Madrid se encuentra en una fase de investigación destinada a crear praderas urbanas más resistentes que requieran un menor consumo de agua. Este ambicioso proyecto se lleva a cabo mediante la implementación de nuevas tecnologías de cultivo y conservación, lo que permite a los expertos del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) ejercer un mayor control sobre estas áreas verdes.
El proyecto denominado Greennatur tiene como objetivo revolucionar la gestión de estos espacios naturales, reduciendo la incidencia de enfermedades y malezas. Para ello, se están utilizando sistemas avanzados que permiten el análisis de diversos parámetros en diferentes puntos de la región.
Investigaciones en Universidades
Los ensayos relacionados con esta iniciativa se están llevando a cabo en varias ubicaciones clave. Por un lado, en las superficies de césped de la Universidad Francisco de Vitoria, donde se mide la capacidad del suelo para capturar carbono, es decir, cuánto dióxido de carbono absorbe. También se evalúa cómo se optimiza el uso del agua, conocido como huella hídrica.
Por otro lado, en los campos experimentales de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid, se está analizando el comportamiento de distintas especies de césped frente al estrés hídrico. En este contexto, se están probando diferentes mezclas bajo tres intensidades de riego: 100%, 75% y 50%.
Sensores para el Monitoreo Eficiente
Además, el proyecto Greennatur incorpora un innovador sistema de sensores remotos desarrollado en colaboración con la Universidad de Cartagena. Este sistema permite la monitorización automática de parámetros del suelo y vegetación, proporcionando datos en tiempo real a través de una aplicación móvil.
A través de estas investigaciones, se espera no solo mejorar la resistencia y sostenibilidad de las praderas urbanas, sino también contribuir a una gestión más eficiente del agua en entornos urbanos. La combinación entre tecnología avanzada y prácticas agrícolas sostenibles promete ser clave para enfrentar los desafíos ambientales actuales.