Las matemáticas como fuente de bienestar en la tercera edad
El 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas Mayores, una fecha que nos invita a valorar la experiencia y sabiduría acumuladas a lo largo de los años. En este contexto, Sofía Gutiérrez Santamaría, profesora de Magisterio del CEU de Castellón, resalta cómo las matemáticas pueden convertirse en una herramienta inesperada para el bienestar, el juego y la conexión social entre los mayores.
Lejos de ser solo números abstractos, las matemáticas sencillas están presentes en las actividades cotidianas. Por ejemplo, cocinar puede transformarse en un desafío estimulante: adaptar una receta para seis personas en lugar de cuatro implica pensar en proporciones y cálculos prácticos. Asimismo, un simple paseo puede convertirse en una aventura numérica al contar pasos o sumar matrículas de coches aparcados.
Matemáticas y juegos: una combinación perfecta
Los juegos son otra vía efectiva para ejercitar la mente con alegría. Una baraja de cartas permite practicar sumas rápidas y probabilidades, mientras que el ajedrez estimula el pensamiento estratégico y la orientación espacial. Actividades como los sudokus o crucigramas numéricos ofrecen momentos de concentración y relajación, manteniendo activa la memoria.
Lo más valioso es que estas actividades suelen compartirse. Resolver un problema lógico en familia o calcular juntos ingredientes para una merienda no solo fomenta el aprendizaje intergeneracional, sino que también genera conversaciones llenas de humor y complicidad. Así, las matemáticas se convierten en un puente entre generaciones, recordando que el conocimiento trasciende edades.
Beneficios más allá del cálculo
La satisfacción no se mide únicamente por operaciones correctas; mantener la mente activa aporta confianza personal y estimula la memoria. Las matemáticas sencillas añaden un toque lúdico a la rutina diaria y son un recordatorio constante de que siempre hay espacio para aprender algo nuevo.
Al celebrar a nuestras personas mayores este 1 de octubre, es crucial recordar que la vitalidad también se nutre de la curiosidad. Aunque no todo se pueda calcular en la vida, sin duda se puede disfrutar contando, sumando y jugando con ella. Porque cuando las matemáticas se viven con alegría, se transforma cada día en una celebración del privilegio de seguir aprendiendo.