Investigaciones realizadas por la Universidad de Manchester han revelado cómo actividades tan sencillas como caminar y tomar fotografías pueden desvelar historias poderosas sobre las vidas de las personas y los lugares que habitan. Este estudio, publicado en el Area journal de la Royal Geographical Society, se llevó a cabo con residentes mayores de Prestwich, en Greater Manchester, para explorar los recuerdos, emociones y experiencias vinculadas a espacios locales, desde parques frondosos hasta bulliciosas calles comerciales. Los participantes acompañaron al investigador en sus recorridos, capturando imágenes y compartiendo el significado que estos lugares tienen para ellos.
Para Paul, un hombre de 67 años, un paseo por Prestwich Clough evocó vívidos recuerdos de su infancia: exploraciones en estanques, captura de renacuajos y juegos con amigos. Otros participantes, como Ben y Reg, encontraron en una visita a una torre eclesiástica una oportunidad para relatar historias sobre comunidad, patrimonio y vida familiar. Por su parte, George, un usuario de silla de ruedas, destacó los desafíos de accesibilidad durante su trayecto en tranvía hacia Manchester; sin embargo, también subrayó la importancia de lugares como el café de la Biblioteca Central, donde se sintió bienvenido y conectado.
La conexión emocional con los espacios cotidianos
La doctora Amy Barron, del Departamento de Geografía, lideró este proyecto y comentó: “Los lugares nunca son solo ladrillos, caminos o edificios. Guardan recuerdos, sentimientos y conexiones que moldean quiénes somos. Al caminar con las personas, escuchar sus historias y observar las fotos que eligieron tomar, pudimos ver cuán profundamente personales y emocionales son estos espacios cotidianos”.
Este estudio se desarrolló en un contexto donde Greater Manchester comenzaba a trabajar para convertirse en la primera región "amigable con las edades" del mundo. Esta iniciativa global busca mejorar las ciudades como entornos propicios para el envejecimiento. La investigación destaca la importancia de escuchar las voces de las personas mayores no solo a través de encuestas y estadísticas sino también mediante el intercambio directo de experiencias.
Memorias arraigadas en el entorno urbano
Los hallazgos indican que los lugares llevan consigo la historia de las personas. Recuerdos de la infancia, tradiciones familiares y conexiones comunitarias perduran en paisajes familiares. A su vez, pequeñas rutinas diarias —como visitar una biblioteca, hacer voluntariado en una iglesia o pasear al perro— demuestran cómo los espacios contribuyen a crear un sentido de pertenencia e identidad.
La investigación también señala beneficios más amplios. Planificadores urbanos, museos y grupos comunitarios podrían emplear métodos similares para comprender cómo las personas utilizan los espacios locales, recopilar memorias vivas e incluir diversas voces en conversaciones sobre el futuro de ciudades y pueblos.
Poner énfasis en las voces de las personas mayores resalta la relevancia de los lugares cotidianos y las ricas historias personales que albergan. Revela que los sitios que transitamos diariamente —el parque, el mercado, la iglesia o la parada del tranvía— son mucho más que simples telones; son partes vivas de nuestras narrativas personales y colectivas.
“Al combinar algo tan ordinario como caminar y fotografiar, pude descubrir perspectivas extraordinarias sobre cómo las personas se conectan con su entorno. Estas historias no son solo nostalgia; muestran cómo los lugares continúan moldeando la vida actual.”