“El fuego se va a producir sí o sí. Lo que tenemos que hacer es mejorar su gestión y la forma en que lo abordamos, incluso desde antes de que se produzca el incendio”. Estas contundentes palabras son de Rubén Laina, profesor de la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). En una reciente conversación en un podcast, Laina reflexionó sobre los incendios forestales y su gestión, especialmente tras un verano devastador en el que más de 400.000 hectáreas fueron consumidas por las llamas en España.
La pregunta sobre si estos incendios son un fenómeno extraño en el país tiene una respuesta clara para Laina: no lo son. “Las causas de esos incendios, lo que llamamos ignición, probablemente estemos en un año normal”, afirmó el experto. Según él, las condiciones climáticas mediterráneas del verano, caracterizadas por altas temperaturas y escasas lluvias, predisponen a la vegetación a propagar el fuego. “Al bajar la humedad de los tejidos vegetales, el fuego corre más rápido y más intensamente”, añadió.
Condiciones climáticas extremas y su impacto
A pesar de esto, este año ha sido particularmente severo debido a una serie de factores adicionales. “La ola de calor ha agudizado la intensidad de los incendios”, destacó Laina. Además, mencionó un problema recurrente en el ámbito de la ingeniería forestal: la acumulación excesiva de vegetación en los paisajes. Esta situación complica aún más la lucha contra el fuego.
Bosques mal gestionados
La prevención es clave para abordar los incendios forestales, y esto implica un manejo adecuado de los bosques. Según Laina, “la gestión forestal está directamente vinculada a la prevención”. Esto incluye prácticas como desbroces y silvicultura para modificar la estructura de las masas forestales y así alterar cómo se propaga el fuego.
El experto también subrayó la importancia de proteger los núcleos poblacionales antes del inicio del incendio. “En los incendios recientes en León y Orense, muchos recursos se destinaron a proteger áreas urbanas”, explicó. Para él, es fundamental establecer franjas de protección alrededor de estas zonas para evitar que las llamas lleguen a las casas.
Inversión insuficiente en prevención
No obstante, uno de los mayores obstáculos para una adecuada prevención sigue siendo la inversión económica. Laina denunció que “el nivel de inversión es ridículamente pequeño”. La última cifra disponible indica que solo se destinan 15 millones de euros para gestionar 56 millones de hectáreas. “Es una cantidad escasa”, enfatizó.
A esta falta de recursos se suma otro problema: el tiempo en que llegan las inversiones necesarias. “Existen más de 2.000 adaptaciones vegetales inventariadas con las cuales las plantas pueden regenerarse tras un incendio”, comentó Laina. Sin embargo, advirtió que muchas veces las intervenciones tardías resultan ineficaces cuando ya han pasado años desde el evento inicial.
Estos temas fueron parte integral del diálogo mantenido con Rubén Laina en el último episodio del podcast disponible en el Canal de la UPM en Youtube, así como en plataformas como Ivoox y Spotify.