Un estudio innovador a nivel global ha dado lugar a la creación de la base de datos más exhaustiva sobre las especies animales que se encargan de dispersar semillas en islas. Tras un análisis detallado de 120 islas repartidas en 22 archipiélagos, los investigadores han descubierto que más del 40% de las especies frugívoras actuales son alóctonas, es decir, no nativas. La llegada de estos animales, entre los que se incluyen diversas especies de iguanas y roedores, ha alterado la dispersión de semillas en más del 90% de las islas estudiadas, superando incluso el impacto causado por la extinción de especies nativas. Este fenómeno representa una alteración significativa en las comunidades animales y pone en riesgo la supervivencia de muchas plantas en estos ecosistemas.
El trabajo ha sido publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y ha sido liderado por Julia Heinen, investigadora de la Universidad de Oxford. En este esfuerzo también han participado dos institutos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) y el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA).
Cambio funcional y extinción: Un panorama alarmante
La base de datos creada en este estudio muestra que la biodiversidad insular enfrenta amenazas no solo por la pérdida de especies nativas, sino también por la introducción de especies alóctonas. Según los hallazgos, las comunidades frugívoras actuales presentan un 44% de especies no nativas, además de una pérdida del 23% debido a extinciones históricas y recientes. Las introducciones se han registrado en el 92%% de las islas analizadas, mientras que las extinciones han afectado al 76%%.
"Este fenómeno ha sido drástico en lugares como O’ahu (Hawái), donde se han extinguido todas las especies frugívoras nativas", explica Alfredo Valido, investigador del IPNA-CSIC. Actualmente, 44 especies introducidas son responsables de consumir frutos y dispersar semillas en esta isla.
Cambio en los patrones ecológicos: Nuevos desafíos para el ecosistema
Los investigadores advierten que la llegada de especies no nativas está reemplazando a aves frugívoras voladoras por mamíferos terrestres omnívoros. Estos nuevos dispersores pueden actuar como depredadores de semillas o manipular los frutos de manera diferente, lo que altera su función ecológica. "Nuestros resultados indican que el problema radica no solo en las especies perdidas, sino también en cómo las introducidas cambian los patrones de dispersión", señala Anna Traveset, investigadora del IMEDEA.
Otro hallazgo significativo es que este cambio ha reducido la capacidad para transportar semillas grandes. Los investigadores encontraron que la apertura máxima del hocico de los dispersores efectivos disminuyó aproximadamente 7,9 mm. Esta reducción limita las oportunidades para que ciertas plantas con semillas grandes sean ingeridas y dispersadas adecuadamente.
Estrategias para la conservación: Un enfoque local necesario
A pesar de estas preocupaciones, el estudio revela variaciones significativas entre diferentes islas; algunas cuentan con murciélagos frugívoros que pueden compensar parcialmente la pérdida de otros dispersores. Según los autores, gestionar la biodiversidad insular requiere un enfoque integral: no basta con evitar extinciones; también es crucial entender cómo las especies introducidas afectan las funciones ecológicas locales.
"Comprender cómo influyen estas especies es fundamental para desarrollar estrategias efectivas", concluye Manuel Nogales. Por ello, proponen soluciones adaptadas a cada contexto insular específico, sugiriendo que una restauración funcional podría ser necesaria donde exista un déficit crítico debido a la pérdida de dispersores adecuados.
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