La Universidad de Barcelona (UB) se une al Consorcio de Educación de Barcelona en una importante iniciativa para la prevención y detección de la violencia sexual contra los niños en el entorno educativo. Esta colaboración, liderada por el Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente (GReVIA), tiene como objetivo dotar a los profesionales del sector educativo con herramientas y conocimientos necesarios para abordar estas delicadas situaciones.
Durante los días 10, 11 y 12 de noviembre, las investigadoras del grupo impartieron sesiones de formación que buscan proporcionar recursos especializados a directores, coordinadores de coeducación y equipos psicopedagógicos en los centros educativos. Este esfuerzo se centra en capacitar a los profesionales para que puedan actuar con seguridad y confianza ante posibles casos de violencia sexual.
Materiales informativos para la educación
Además de las sesiones formativas, GReVIA ha contribuido en la creación de nuevos materiales informativos, incluyendo un póster y una infografía visual. Estos documentos, presentados durante las jornadas, serán distribuidos a los centros educativos de la ciudad. Su contenido aborda cómo proceder ante sospechas de violencia sexual, así como orientaciones sobre cómo acompañar a las víctimas y acciones que deben evitarse.
Las jornadas fueron impulsadas por el Consorcio de Educación y estuvieron dirigidas a las direcciones escolares y a los equipos responsables de la convivencia y bienestar del alumnado (COCOBE), así como a los equipos de asesoramiento psicopedagógico (EAP) que operan en las instituciones educativas barcelonesas.
Un compromiso continuo con la seguridad infantil
Este tipo de iniciativas subraya el compromiso tanto de la UB como del Consorcio de Educación con la protección infantil dentro del ámbito escolar. La colaboración entre estas entidades busca no solo prevenir situaciones críticas, sino también fomentar un entorno educativo más seguro y consciente sobre la importancia del bienestar emocional y físico de los estudiantes.
A medida que se desarrollan estos programas, se espera que más profesionales se unan al esfuerzo por crear espacios seguros donde todos los niños puedan aprender y crecer sin temor a ser víctimas de violencia.