La comunidad científica ha estado advirtiendo durante décadas sobre los riesgos del cambio climático, consecuencia del calentamiento global. Sin embargo, solo las entidades científicas más avanzadas disponen de modelos adecuados para comprender a fondo la magnitud de estos fenómenos. En este contexto, se enfrentan a la desinformación que rodea las políticas y medidas destinadas a mitigar el calentamiento global y salvaguardar a las regiones y poblaciones que se prevé serán más afectadas.
Es en este escenario donde surge POWAR STEAM, una startup innovadora que ha desarrollado un simulador climático orientado a la educación. Este recurso permite a los estudiantes entender mejor los desafíos asociados al cambio climático. Según explica Pablo Zuloaga, uno de sus fundadores, el proyecto comenzó como un simulador de climas dirigido a agricultores. La idea era ayudarles a anticipar cómo sería el clima futuro en diversas ciudades. Un estudio realizado por la ETH Zurich señala que para 2050, Barcelona y Madrid podrían experimentar un clima similar al de Marrakech.
Transformación educativa hacia la sostenibilidad
Zuloaga reflexiona: “¿Cómo podemos asistir a los agricultores para que experimenten hoy con las plantas del futuro en un clima cambiante?”. Esta inquietud llevó a una evolución en el enfoque del proyecto, trasladando su aplicación de los campos agrícolas hacia las aulas. “Decidimos llevar estas herramientas a las escuelas”, añade Zuloaga, “para que los estudiantes puedan experimentar y recopilar datos que también serán valiosos para el sector agrícola en el futuro”.
Pablo Zuloaga tuvo la oportunidad de presentar POWAR STEAM en el evento SpinUOC 2025, donde destacó la importancia de involucrar a las nuevas generaciones en la lucha contra el cambio climático mediante la educación práctica y experimental.
Un futuro comprometido con el medio ambiente
A través de esta iniciativa, POWAR STEAM no solo busca educar sobre los efectos del cambio climático, sino también empoderar a los jóvenes para que sean agentes activos en la búsqueda de soluciones. La combinación de tecnología y educación puede ser clave para enfrentar uno de los mayores retos de nuestro tiempo.
Con proyectos como este, se abre un camino prometedor hacia una mayor conciencia ambiental entre los estudiantes, preparando así a futuras generaciones para afrontar los desafíos climáticos con conocimiento y creatividad.