iymagazine.es

Educación México

Educación y conciencia: claves para erradicar la violencia en México
Ampliar

Educación y conciencia: claves para erradicar la violencia en México

miércoles 01 de octubre de 2025, 18:11h

La educación y la conciencia son esenciales para combatir la violencia, promoviendo la tolerancia y la igualdad. Se requieren políticas efectivas que aborden las raíces del conflicto y fomenten una cultura de paz.

Número 585

La educación es fundamental para crear conciencia pública sobre los principios de la no violencia, la tolerancia y la comprensión.

Es preciso reflexionar sobre los detonantes del conflicto como el odio, la discriminación, la injusticia y la desigualdad.

Reflexiones en el Día Internacional de la No Violencia

En el contexto del Día Internacional de la No Violencia, que se conmemora el 2 de octubre, se hace urgente un análisis profundo sobre las raíces de las problemáticas violentas. La doctora Alicia Saldívar Garduño, investigadora del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), enfatiza la necesidad de implementar estrategias enfocadas en erradicar este fenómeno.

Saldívar Garduño, quien también ocupa el cargo de Defensora Adjunta en la Defensoría de los Derechos Universitarios, expone que hasta el año 2025, los homicidios dolosos vinculados al crimen organizado, así como la violencia feminicida y de género, son las formas más frecuentes de violencia en México. Las encuestas revelan que esta violencia contra las mujeres es generalizada, con altas tasas a lo largo de su vida y una creciente sensación de inseguridad.

La académica señala que aproximadamente uno de cada cuatro asesinatos de mujeres en México se clasifica como feminicidio. Este fenómeno está frecuentemente relacionado con factores como la discriminación, desequilibrios de poder y estereotipos de género.

Las múltiples dimensiones de la violencia

Además de la violencia física, Saldívar Garduño subraya que la violencia psicológica o emocional está altamente normalizada. Se manifiesta a través de humillaciones, manipulación y control, generando problemas graves en salud mental como depresión y ansiedad. Esto afecta drásticamente la calidad de vida de las víctimas y deteriora la cohesión social.

“Otra forma naturalizada es la violencia económica o patrimonial”, explica. Esta se ejerce mediante el control financiero y restricciones a la autodeterminación, impactando negativamente en el bienestar y autonomía personal.

Asimismo, destaca cómo la violencia estructural y cultural perpetúa desigualdades a través de estereotipos sociales. Esto crea ambientes donde impera la impunidad y vulnera derechos humanos fundamentales.

Causas profundas: desigualdad y pobreza

La doctora Saldívar Garduño argumenta que factores como la desigualdad social, pobreza y discriminación generan un círculo vicioso que alimenta la violencia. Estos elementos exacerban la vulnerabilidad individual al limitar el acceso a derechos básicos y oportunidades.

Para los jóvenes, esta situación agrava su precariedad e impacta sus expectativas futuras. La discriminación puede dejar secuelas severas en su salud mental y bienestar general.

Ante este panorama complejo, es crucial implementar políticas claras para prevenir y atender estas problemáticas. Esto incluye fomentar una educación centrada en una cultura de paz mediante cursos y talleres; establecer canales confidenciales para denuncias; promover un lenguaje inclusivo; erradicar estereotipos; y garantizar espacios para reflexión que fortalezcan las relaciones interpersonales dentro del ámbito universitario.

Estrategias universitarias contra la violencia

Para avanzar hacia un entorno libre de violencia en las universidades públicas, se requiere un enfoque integral que abarque educación sobre derechos humanos y resolución pacífica de conflictos. Es esencial desarrollar valores como el respeto y empatía entre estudiantes.

Saldívar Garduño resalta que es vital deslegitimar tanto la violencia simbólica como los estereotipos existentes. También propone establecer canales abiertos donde los estudiantes puedan expresar sus inquietudes y denunciar actos violentos.

La UAM ha puesto en marcha diversas estrategias para combatir esta problemática. Entre ellas se encuentran unidades especializadas como Unigénero y UPA-VIG, protocolos para atender casos relacionados con violencia de género, programas educativos enfocados en perspectiva de género, así como iniciativas culturales que promueven una cultura pacífica.

Papel activo de los jóvenes en el cambio social

Saldívar Garduño concluye afirmando que los jóvenes tienen un papel crucial debido a su visión orientada hacia el futuro. Su disposición a experimentar puede ser clave para introducir ideas innovadoras que transformen conflictos y prevengan actos violentos.

Asegura que las instituciones educativas deben adoptar políticas claras para crear entornos seguros libres de discriminación. Además, es fundamental ofrecer capacitación al personal docente sobre resolución pacífica de conflictos e instaurar mecanismos efectivos para atender denuncias relacionadas con cualquier forma de violencia.

Valora esta noticia
0
(0 votos)
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios