La periodista Rosa Mª Calaf ha sido una de las voces destacadas en el curso de la Universidad de Verano de Adeje titulado “Mujeres en la frontera Multicultural”. Durante su intervención, abordó el papel de la mezcla de culturas como un recurso fundamental para combatir las desigualdades que caracterizan el mundo contemporáneo, marcado por la polarización y tendencias autoritarias. En sus palabras, “hay una sociedad dominada por los señores tecnológicos por encima de la economía, la política y, en definitiva, del humanismo. Necesitamos una revolución humanística que ponga a la persona en el centro del interés de esa revolución tecnológica”.
Calaf subraya que, aunque el diagnóstico sobre esta situación es claro, encontrar soluciones no resulta sencillo. “Debemos aspirar a una sociedad que no se limite a ser un mero conjunto de plataformas y consumidores, sino que fomente ciudadanos con derechos que reflexionen y defiendan esos derechos”. A su juicio, existe una fuerte inversión por parte del “feudalismo tecnológico” para socavar los derechos sociales, lo que convierte esta lucha en un desafío desigual. Sin embargo, mantiene su optimismo: “A lo largo de la historia siempre ha habido incertidumbre y generaciones que se han quedado atrás. Ahora nos enfrentamos a algo similar; lo único que podemos hacer es seguir luchando”.
El papel de los medios en la lucha social
Para llevar a cabo esta lucha es esencial contar con medios de comunicación independientes y aprovechar la tecnología que actualmente somete a la opinión pública. Calaf compara esta situación con la era de la imprenta, donde los disidentes utilizaban pasquines clandestinos para hacerse escuchar. “Las herramientas tecnológicas que empoderan mensajes hostiles hacia los derechos son las mismas que podemos utilizar quienes buscamos luchar”, afirma. Aunque reconoce que será más complicado debido al poder desmedido de estos nuevos actores tecnológicos, recalca la importancia de concienciar a la ciudadanía sobre su propio peso como individuos.
En el contexto actual del debate sobre multiculturalidad, Calaf sostiene que las fronteras deberían ser vistas como oportunidades para el cruce de caminos. “Históricamente, las fronteras han sido espacios de encuentro; hoy representan un peligro real para muchas personas”, señala. Según ella, quienes logran cruzarlas a menudo ven cómo se les arrebata su dignidad mediante la eliminación de sus derechos.
Interculturalidad y justicia social
La periodista defiende un enfoque intercultural donde las diferentes culturas no sean compartimentos estancos ni estén guetizadas. “Es crucial crear un conglomerado común donde todas las culturas contribuyan al bien colectivo”, enfatiza. Recuerda las enseñanzas de su abuelo: “Vas a aprender de lo diferente; lo igual no te enseñará nada”. Esta perspectiva resalta su compromiso con una convivencia enriquecedora entre diversas culturas.
A pesar del panorama sombrío respecto a las desigualdades sufridas por migrantes, Calaf destaca especialmente la vulnerabilidad de las mujeres en este contexto. Las mujeres son descritas como el “eslabón constructor” de la vida cotidiana y su inclusión requiere derribar no solo fronteras geográficas sino también culturales y religiosas.
Poderes en contra de la integración
No obstante, Calaf advierte sobre el proceso creciente de polarización e instrumentalización en torno a temas migratorios. “Determinados poderes están trabajando contra esa apertura e integración”, señala, refiriéndose a figuras como Peter Thiel y Elon Musk, quienes utilizan herramientas tecnológicas para debilitar los principios solidarios y los derechos humanos.
Esta situación ha dificultado aún más el trabajo periodístico; un ejemplo es Gaza, donde los reporteros enfrentan ataques directos mientras intentan cumplir con su labor informativa. La relevancia de organismos internacionales como la ONU parece desvanecerse ante este contexto adverso: “Quieren eliminar esas instituciones; no desean gobiernos realmente independientes ni políticas al servicio del ciudadano”, concluye Calaf.
Un espíritu viajero inquebrantable
A pesar del panorama desafiante, Rosa Mª Calaf continúa siendo una viajera incansable. Recientemente regresó de Kirguistán y está decidida a visitar todos los países del mundo; le restan solo once por conocer. Aunque lamenta no poder visitar Yemen y Somalia por razones de seguridad, tiene en mente destinos como Angola y Gabón.
Mujeres en la frontera Multicultural
El curso mencionado ha sido dirigido por Teresa González Pérez, catedrática del área de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad de La Laguna. Su objetivo ha sido visibilizar el papel crucial de las mujeres en diversas sociedades multiculturales desde múltiples perspectivas: sociología, legislación y participación política entre otras. González Pérez subraya que es fundamental dar voz a aquellas mujeres que históricamente han estado silenciadas, contribuyendo así al enriquecimiento social.
Aunque reconoce los posibles choques culturales derivados del encuentro entre diferentes nacionalidades, destaca ejemplos positivos donde más de un centenar conviven sin conflictos evidentes en el sur de Tenerife. Sin embargo, también advierte sobre resistencias culturales arraigadas que pueden obstaculizar este proceso integrador.