Investigación de la URV revela diferencias en el procesamiento emocional de las palabras
Un reciente estudio, liderado por investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV), junto con la Universidad Complutense y la Universidad Nebrija de Madrid, ha puesto de manifiesto que factores como la personalidad, la edad y el género influyen significativamente en cómo se procesan palabras con carga emocional. Publicado en la revista Scientific Reports, este trabajo aborda la cuestión de por qué una misma palabra puede evocar reacciones tan diversas entre diferentes personas.
El estudio utilizó un método denominado “Tarea de decisión léxica” (Lexical Decision Task), en el que más de 900 participantes debían decidir rápidamente si una cadena de letras formaba una palabra real. Se analizaron alrededor de 7.500 palabras en español, muchas con connotaciones emocionales específicas. Durante esta prueba, se midieron los tiempos de reconocimiento y se recopilaron datos sobre los rasgos de personalidad, basados en el modelo de los cinco grandes: extraversión, apertura a la experiencia, amabilidad, responsabilidad y estabilidad emocional.
Diferencias en el reconocimiento emocional según género y edad
Los resultados revelaron un efecto general relacionado con la valencia emocional, que indica el valor afectivo asociado a cada palabra. Así, las palabras con connotaciones positivas, como amor, se reconocen más rápidamente que las neutras o negativas. Sin embargo, este patrón se complica por el efecto de activación (arousal): palabras negativas altamente activas, como asesinar, son reconocidas más rápidamente que aquellas menos activas, mientras que en el caso de términos positivos, una alta activación puede dificultar su procesamiento.
Una observación destacada es que no todas las personas procesan las palabras emocionales de igual manera. Por ejemplo, los hombres mostraron un reconocimiento más rápido hacia palabras asociadas al miedo. Términos como bomba o matar fueron identificados más velozmente por ellos, posiblemente porque el miedo actúa como un estímulo para una respuesta rápida ante amenazas. En contraste, este efecto no fue evidente en las mujeres, lo cual podría estar relacionado con diferencias en socialización y estrategias para afrontar situaciones.
Efectos del género sobre emociones específicas
La tristeza también mostró variaciones significativas: los hombres tuvieron mayores dificultades para procesar palabras como desamor o depresión, mientras que las mujeres no presentaron este mismo obstáculo. Los investigadores sugieren que esto podría reflejar un menor uso del vocabulario relacionado con la tristeza entre los hombres.
A nivel del asco, aquellos individuos con bajos niveles de amabilidad y apertura a nuevas experiencias mostraron una mayor inhibición al reconocer palabras como vomitar. Esto podría deberse a su mayor sensibilidad hacia estas expresiones emocionales, lo que ralentiza su procesamiento cognitivo.
Alegoría compleja relacionada con la alegría
En cuanto a la alegría, el análisis reveló patrones interesantes: términos asociados a esta emoción facilitaron el procesamiento entre mujeres y jóvenes; sin embargo, resultaron más difíciles de reconocer para hombres y personas mayores. Esta discrepancia podría atribuirse a un aumento en el vocabulario positivo con la edad y a una mayor competencia léxica que hace más costoso el procesamiento.
"Estos hallazgos demuestran que no existe una única forma 'universal' de entender las palabras cargadas emocionalmente", afirma Juan Haro, investigador del Departamento de Psicología de la URV. "La forma en que percibimos y procesamos depende profundamente de nuestra historia personal y características individuales", agrega Pilar Ferré, también investigadora del mismo departamento.