Un reciente estudio llevado a cabo por profesores de la Facultad de Ciencias de la Salud y la ESCET ha puesto de manifiesto los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas entre los estudiantes universitarios. Esta investigación es una de las pocas que examina este fenómeno en el contexto académico, especialmente durante periodos críticos como la época de exámenes.
Los hallazgos del estudio revelan que un alarmante 81% de los encuestados utiliza estas bebidas para mantenerse despiertos y concentrados. Además, un 65% considera que no hay suficientes campañas informativas sobre sus efectos adversos. Un aspecto preocupante que se menciona es el uso combinado de estas bebidas con alcohol, lo cual puede disminuir la percepción de los efectos del alcohol, aumentando así el riesgo para los consumidores.
Investigación y Colaboración Académica
Este trabajo fue presentado en el XV Congreso Internacional de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica (AEBI). El equipo investigador está encabezado por la profesora Yolanda Valcárcel, Catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública, junto a otros académicos del área de Farmacología: Gema Vera, Nancy Paniagua, Miguel Martínez, y Yolanda Segura, especialista en Ingeniería Química. Este grupo, conocido como ApSUM, también incluye a estudiantes como Pablo Palomares, del Grado de Enfermería, y a las alumnas del Grado de Farmacia Lady E. Vera e Irene Moreno.
La profesora Valcárcel destaca que “la colaboración de los alumnos ha sido fundamental para entender cómo se sienten ante situaciones de estrés o ansiedad, algo que los docentes estamos observando cada vez más”. Este proyecto ha sido financiado por el Observatorio del Estudiante de la URJC y tiene como objetivo abrir nuevas vías para promover la salud y prevenir el consumo excesivo de estas bebidas entre los jóvenes universitarios.
Implicaciones para la Salud Estudiantil
Dada la creciente preocupación por el bienestar estudiantil, este tipo de investigaciones son esenciales para abordar temas críticos relacionados con la salud mental y física en entornos académicos. La falta de información adecuada sobre los efectos secundarios del consumo de bebidas energéticas pone en evidencia la necesidad urgente de implementar programas educativos que sensibilicen a los estudiantes sobre estos riesgos.
A medida que avanza el debate sobre el uso responsable de estimulantes en contextos académicos, es crucial seguir investigando y creando conciencia sobre las implicaciones del consumo desmedido. La promoción de hábitos saludables debe ser una prioridad dentro del ámbito universitario.